Intel ha reconocido oficialmente los problemas de rendimiento que afectan a sus tarjetas gráficas Arc B580 y B570 cuando se combinan con procesadores de generaciones anteriores. Las primeras señales de alerta surgieron tras pruebas realizadas por medios como Hardware Unboxed. En estas pruebas se detectaron caídas significativas de FPS en juegos exigentes al usar CPUs como el Ryzen 5 2600 o el Intel i5-9600K.

Estos descensos de rendimiento son especialmente preocupantes dado el público objetivo de estas GPUs, orientadas a presupuestos medios que suelen apoyarse en hardware más antiguo. En palabras de Intel: “Hemos ampliado la validación de nuestra plataforma para incluir más configuraciones y estamos trabajando en optimizaciones.”

Limitaciones de plataforma y falta de soporte para PCIe 5.0

El cuello de botella no está relacionado con el soporte de Resizable BAR, una tecnología que mejora el acceso a la memoria de video. No obstante, las Arc siguen siendo sensibles a la plataforma. A diferencia de NVIDIA y AMD, esto agrava los problemas si no se cumplen ciertos requisitos de hardware.

Entre los modelos afectados están las Arc B580, que no cuentan con compatibilidad con PCIe 5.0. Esto limita su rendimiento en placas base más modernas. En pruebas comparativas, se observa hasta un 25% menos de rendimiento frente a configuraciones con CPUs como el Ryzen 7 9800X3D.

Intel aún no ha ofrecido una solución definitiva, pero su declaración confirma que están evaluando nuevas actualizaciones para mitigar el impacto en estas configuraciones mixtas.

Disponibilidad

Las Intel Arc B580 ya están disponibles en el mercado a precios competitivos. No obstante, esta situación puede afectar su recepción entre los usuarios que aún no han actualizado su CPU. Habrá que esperar a ver si las futuras optimizaciones logran cerrar la brecha.

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